En
nuestra Parroquia
Se
Vivió con Amor y Entrega una Gran Semana Santa
Nos encontramos en
una nueva Semana Santa; en esta semana tan trascendente y, a su vez,
intensa desde el punto de vista litúrgico, la Iglesia nos invita
a centrar nuestra atención a orar y reflexionar sobre la pasión,
muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Sin embargo, para muchos
católicos se ha convertido sólo en una ocasión de descanso y
diversión. Se olvidan de lo esencial: esta semana la debemos dedicar
a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte
de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Cada vez que celebramos
la Semana Santa conmemoramos el evento más importante de la historia
humana: La Pascua redentora del Señor Jesús que hizo libre con
plena libertad a todos los seres humanos.
Vivir la Semana Santa es
acompañar a Jesús con nuestra oración, sacrificios y el
arrepentimiento de nuestros pecados. Asistir al Sacramento de la
Penitencia en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo
el día de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es el recordar con tristeza lo que Cristo padeció, sino entender por qué murió y resucitó. Es celebrar y revivir su entrega a la muerte por amor a nosotros y el poder de su Resurrección, que es primicia de la nuestra.
En este año la fecha de
la Semana Santa se encontró entre el 24 de Marzo hasta el 31 del
mismo mes; iniciándola con el domingo de Ramos donde celebramos la
entrada triunfal de Nuestro Señor Jesucristo a Jerusalén, en la que
todo el pueblo lo alaba y proclama como rey de reyes; la
bendición de los ramo fue aproximadamente a las 9:30am y se llevo a
cabo en la parroquia central, en la hora de la tarde se realizó la
misa y se sacó en procesión la imagen de Jesús en el Huerto de
los Olivos; el día lunes fue la procesión de Jesús Atado en la
Columna, el martes de Jesús Humildad y Paciencia, y el día
miércoles se saco en procesión la imagen de Jesús de Nazareno
donde la feligresía asistió con más fervor y devoción; el jueves
santo en la hora de la mañana fue la misa Crismal en San Felipe
donde le hicieron entrega de los santos Olios a nuestro Sacerdote
Hildemar Yayes junto con los demás sacerdotes de toda la diócesis;
en la hora de la tarde se llevo a cabo la Eucaristía donde
recordamos la última cena de Jesús con sus apóstoles en la que les
lavó los pies dándonos un ejemplo de servicialidad. En la Última
Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó
su cuerpo y su sangre. Es el jueves santo cuando instituyó la
Eucaristía y el Sacerdocio; luego de la misa se saco en procesión
alrededor de la plaza Bolívar el Corpus Christi. A las 7 de la
noche de este mismo día comenzaron los Horas de Adoración,
iniciándolas el Grupo Juvenil “Siguiendo los Pasos de Jesús”
con cantos, seguidamente les toco al movimiento de apostolado
Cursillistas, luego a la legión de María, posteriormente a los
Carismáticos y para finalizar a las 11pm hasta las 12am le
correspondió a la Pastoral Inmaculada Concepción de las Casitas; el
día viernes santo siguieron las Horas de Adoración comenzándola
esta vez la Pastoral Inmaculada Concepción de las Casitas a las 8am
seguidos a la otra hora por los Carismáticos, luego le correspondió
a Jesús y Yo más allá de las fronteras acompañado por el grupo
juvenil “Jóvenes sin Fronteras”, en seguida fue el turno de la
Sociedad Sagrado Corazón de Jesús, después al grupo juvenil
“Siguiendo los pasos de Jesús”, posteriormente a los
Cursillistas y para finalizar a las 2pm le toco el turno a la Legión
de María; finalizadas las horas de adoración a las 3 de la tarde se
procedió a la meditación de las sietes palabras de Jesús en la
Cruz antes de morir, el cual nos ofrecen la oportunidad de
retomar muchos aspectos de nuestro compromiso de bautizados a la luz
de ellas.
A las 5pm se realizó la
santa misa y luego fue la procesión de la imagen de Jesús
Crucificado y Santo Cuerpo junto con la imagen de la Dolorosa y de
San Juan el Evangelista; el sábado santo o sábado de Gloria durante
el día se recuerda el día que pasó entre la muerte y la
Resurrección de Jesús. Es un día de luto y tristeza pues no
tenemos a Jesús entre nosotros. Cabe mencionar que en tiempo de
Jesucristo los días transcurrían cada 12 horas, tomadas desde las
6am hasta las 6pm; recordemos que Nuestro Señor murió a las 3pm del
día viernes, para las 6 de la tarde comenzó un nuevo día; contando
los días cada 12horas y de 6 en 6 de ahí en adelante, podemos decir
que la resurrección de Jesucristo ocurrió entre las 6pm
del día sábado y las 6am del día domingo (en estos días
actuales); es por ello que a las 8 de la noche de este día sábado
en nuestra parroquia se celebró una Santa Eucaristía el cual
comenzó con las luces apagadas, al inicio de la misma el párroco
hizo la bendición de la luz y del Cirio Pascual, luego se canto
Gloria y se anuncio la resurrección del Señor, posteriormente el
sacerdote procedió a bendecir el agua; finalizada la misa el padre
dio la bendición y todos salieron llenos de dicha y alegría. El día
domingo hubo la misa dominical y de resurrección; este día es el
más importante y más alegre para todos nosotros, los
católicos, ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto
quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de
entrar al Cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios; luego
de la celebración de la Palabra hubo un compartir de todos los
movimientos de apostolados en la piscina de Armando Rodríguez.
La esperanza cristiana se
fundamenta precisamente en la fe, en la gloriosa Resurrección del
Hijo de Dios, que debemos cultivar y fortalecer con el ejercicio de
la lectura y meditación de la Palabra de Dios, la oración confiada
y constante, el recibir los sacramentos con frecuencia y la práctica
de la caridad con los más necesitados.
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