El Misionero

Coronación de nuestra madre “la virgen María”

Para nosotros los cristianos católicos realizar  la Coronación de la Virgen cada 31 de mayo es una hermosa celebración, en la que reconocemos el gran valor que tiene nuestra madre del cielo por decir “si” ese si que dio pasó al comienzo de la concepción del hijo del altísimo, cuyo reinado no tendrá fin (Lucas 1,32).  La coronación es una secuencia más dentro del ciclo de la vida de la Virgen María. Pertenece esta creencia a la tradición y su referencia en los libros sagrados de la Biblia se encuentra en el capítulo 12 del libro del Apocalipsis “APARECIO EN EL CIELO UNA SEÑAL GRANDIOSA: UNA MUJER, VESTIDA DE SOL, CON LA LUNA BAJO SUS PIES Y UNA CORONA DE DOCE ESTRELLAS SOBRE SU CABEZA”.

La corona representa que ella es la Reina, Señora y Madre del Rey de los ángeles.
Su cabello suelto indica que ella es una virgen pura e inmaculada.
El manto del color del cielo quiere decir que ella está muerta a todo lo temporal.
La túnica dorada significa que ella estuvo ardiente e inflamada en el amor a Dios, tanto internamente como en el exterior.

En nuestra parroquia San Juan Bautista desde hace mucho tiempo se realiza esta ceremonia, y este año no podía ser la excepción, así que durante el mes de mayo unas hermosas niñas fueron preparadas para cantarle a la madre del cielo con gran amor mientras la coronan, Merlianyi Urbina fue la que tuvo el honor de coronar a la santísima virgen… fue así como ella en compañía de hermosos angelitos realizaron esta ceremonia. A pesar del fallo eléctrico que se produjo durante la misa este acto quedo hermoso y no impidió que los presentes perdieran de vista esta fiesta tan esperada durante todo el mes de mayo. Con gran cariño felicitamos a Merlianyi y a las demás niñas, por tomarse el tiempo y dedicación para cada ensayo y realizar la bella coronación.

Cabe destacar que al finalizar la gala de coronación todos los feligreses se reunieron en el jardín del templo para el respectivo compartir, como es costumbre en la parroquia…

«Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria  en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén»